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Por: María Mónica Obezo

La historia de San Basilio de Palenque, pequeño rincón de África en Colombia, es una historia de resistencia, conservación e identidad cultural. La esencia de sus fundadores, cimarrones que se rebelaron ante la violencia colonial, sigue corriendo por las venas de sus pobladores actuales que continúan resistiendo a la exclusión y luchando por la conservación de sus prácticas culturales ancestrales.

Y es que, a día de hoy, la comunidad sigue viéndose afectada por el olvido histórico legado de la esclavitud y el colonialismo. Hay un acceso limitado a educación de calidad, servicios de salud aptos, y prestación de servicios públicos domiciliarios adecuados. 

Por su parte, su lengua criolla de raíz bantú, y sus prácticas sociales, y religiosas de raíces africanas, han conllevado al reconocimiento del espacio cultural palenquero como Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional, por el Ministerio de Cultura, así como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad. declarado por la UNESCO.

Lo anterior, no ha apaciguado el rechazo, la discriminación y el racismo al que se ven sujetos los palenqueros, especialmente las mujeres que viajan a lo largo y ancho del país vendiendo los frutos de sus formas tradicionales de producción. 

La cultura palenquera es femenina. La mujer es el centro de su espacio cultural conservando tradiciones y costumbres identitarias como ritos fúnebres, peinados típicos, y el uso de la lengua palenquera.  Y es esa práctica y difusión del acervo cultural identitario lo que muchas veces conlleva a que sean víctimas marcadas del racismo, viéndose expuestas al rechazo, exclusión, y hasta víctimas de la violencia armada. 

En la costa caribe Colombiana, y especialmente en Cartagena, la situación es paradójica. Mientras que por una parte, las distintas manifestaciones culturales de la mujer palenquera la han convertido en un icono del turismo colombiano, por otra, siguen siendo acosadas, perseguidas y desposeídas de sus puestos de venta por la fuerza pública. Su aparición en medios de comunicación, publicidad turística, congresos, eventos políticos, y hasta en matrimonios de lujo, va de la mano con las pésimas condiciones laborales, y burlas por el uso de su lengua criolla.

Muchas veces son fotografiadas sin su consentimiento a fin de preparar tarjetas postales y usar su imagen de decoración en campañas publicitarias institucionales, pero ello no se traduce en un mejor trato por parte las administraciones locales.

Como si fuera poco, históricamente se ha invisibilizado y subvalorado su aporte en el campo económico, social y cultural de la región. En Colombia, eso no es nuevo.

La historia colombiana se ha caracterizado por la negación sistemática y estructural, desde los inicios de la república, del aporte de los afrocolombianos a la creación de la nación. Desde su contribución a la independencia, donde miles personas negras lucharon en ambos frentes, hasta la invisibilizacion de figuras representativas como José Prudencia Padilla y Juan José Nieto.

El caso de Juan José Nieto, primer y único presidente negro de Colombia, fue tal que su retrato original fue enviado a Paris para ser ‘blanqueado’ y despojado de cualquier índice de negritud. Hasta 2018, dicho retrato no hacia parte de la galería presidencial de la Casa de Nariño, a diferencia de otros mandatarios que ejercieron el poder durante su época, incluso los que ocuparon el cargo por menor tiempo.

Cartagena, ciudad eminentemente turística, ha sido particularmente hacia ingrata hacia uno de sus símbolos culturales, apropiando su cultura pero no reconociendo su importancia.

Las mujeres palenqueras son mucho más que un adorno en una sesión fotográfica de campaña publicitaria. Ya es hora que su contribución a la identidad cultural, sentido de pertenencia, divulgación y promoción de las tradiciones propias de la cultura cartagenera, sean reconocidas, y que ello se traduzca en un mejoramiento en sus condiciones de vida.

Decenio y Reconocimiento 

El reconocimiento a la identidad cultural afrodescendiente ha sido una demanda de la diáspora africana por décadas. Mediante Resolución A/RES/68/237, las Naciones Unidas proclamaron el Decenio Internacional de los Afrodescendientes desde el 2015 al 2025, encaminado hacia los objetivos de reconocimiento, justicia y desarrollo.

La política de reconocimiento promueve medidas concretas por parte de los Estados para poner fin a la discriminación, incentivar programas de educación sobre la igualdad y la concienciación, recopilar información estadística sobre los afrodescendientes y adoptar medidas para facilitar la participación y la inclusión. 

En ese sentido, los Estados deben adoptar medidas concretas y prácticas para la aplicación efectiva de marcos jurídicos, políticas y programas de lucha contra el racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia con el fin de garantizar el disfrute pleno y en condiciones de igualdad de los derechos humanos y las libertades fundamentales a los afrodescendientes,

De igual forma, los Estados deben adoptar medidas para permitir la participación plena, igualitaria y efectiva de los afrodescendientes en los asuntos públicos y políticos.

En cuanto al reconocimiento, se espera que los Estados promuevan un mayor conocimiento, reconocimiento y respeto de la cultura, la historia y el patrimonio de los afrodescendientes, así como la inclusión precisa de la historia y la contribución de los afrodescendientes en los programas educativos. 

Otras medidas recomendadas son la sensibilización a través de medidas de información y educación para restablecer la dignidad de los afrodescendientes, garantizar que los libros de texto y otros materiales educativos reflejen con exactitud los hechos históricos relacionados con la esclavitud, la trata de esclavos, el comercio transatlántico de esclavos y el colonialismo, y establecer sitios conmemorativos dando reconocimiento a las víctimas.

En un ámbito más regional, la Organización de los Estados Americanos ha adoptado un plan de acción del Decenio, mediante el cual los Estados Miembros de la OEA se comprometen a adoptar políticas públicas, medidas administrativas, legislativas, judiciales y presupuestarias para asegurar a las poblaciones afrodescendientes en las Américas el goce de sus derechos económicos, sociales, culturales, civiles y políticos y su participación plena y en igualdad de condiciones.

Varios países de la región ya han implementado algunas de las medidas recomendadas, como ha sido la campaña “ReConoce Lo Afro” con la que se pretende sensibilizar a la población acerca de las contribuciones de la población afrodescendiente en la región del SICA, conformada por Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana.

Reivindicación de la mujer palenquera en Cartagena 

El reconocimiento de los derechos étnicos y culturales de mujeres emprendedoras de la comunidad palenquera en el distrito de Cartagena busca contribuir a una deuda histórica promoviendo la participación política y la inclusión económica de las mujeres palenqueras a partir de la dignificación, valoración y respeto de las formas tradicionales de producción que desarrollan en el distrito de Cartagena.

El Decenio se ha convertido en un instrumento reivindicador de derechos y de movilización, al cimentar las bases para la creación de plataformas que destaquen la contribución de los afrodescendientes y fomentar su plena inclusión en la sociedad.

En Colombia, la Ley 70 de 1993 ha establecido mecanismos para la identidad de la cultura y de los derechos, sociales y políticos de las comunidades afrocolombianas como grupo étnico, y garantiza su derecho a un proceso educativo y cultural conforme a sus necesidades.

En el ámbito departamento, el Plan de Desarrollo Departamental “Primero Bolívar 2021-2023”, contempla un capítulo de minorías étnicas, y un componente de  ‘Mujer y género en población negra, afrocolombiana, raizal, palenquera, indígena’. Por su parte, el Plan de Desarrollo “Salvemos a Cartagena: Por una Cartagena Libre y Resiliente 2022-2013”, contempla la Línea Estratégica para la equidad e inclusión de comunidades negras, afros, palenqueros e indígena en el Programa fortalecimiento de población Negra, Afrocolombiana, Raizal y Palenquera en el distrito de Cartagena.  

En este sentido, la propuesta de reconocimiento de derechos étnicos y culturales de la mujer palenquera en Cartagena cuenta con unas bases jurídicas y políticas que hacen posible planeación e implementación. El primer paso sería diseñar una ruta de reivindicación que integre estrategias de reconocimiento y acciones de política pública destinadas a mejorar la calidad de vida y a dignificar el aporte cultural de la mujer palenquera.

El diseño de esta estrategia de reivindicación necesariamente debe involucrar asociaciones de mujeres palenqueras en las organizaciones de base y en los comités de toma de decisión y planificación para defender el desarrollo de su actividad productiva.

Lo siguiente, será promover ante la Administración Distrital y ante el Consejo Distrital de Cartagena, un proyecto de Acuerdo para reconocer a la mujer palenquera como símbolo cultural de la ciudad. Dicho proyecto deberá contener ciertos capítulos indispensables:

  • Un capítulo sobre participación política y la inclusión económica de las mujeres palenqueras a partir de la dignificación, valoración y respeto de las formas tradicionales de producción.
  • Un capítulo sobre fortalecimiento la identidad étnica y cultural de la mujer palenquera, que se enfoque en la preservación de aporte cultural al identitario cartagenero y aporte a la toma de conciencia frente a la importancia de la protección e implementación de los derechos étnicos, sociales y económicos establecidos en la Ley 70 de 1993 y sus decretos reglamentarios.
  • Un capítulo sobre la visibilización del legado histórico de la comunidad palenquera en Cartagena, que busque enaltecer la memoria histórica y los referentes culturales que permitan fortalecer las bases para la lucha contra la discriminación racial. 
  • Un capítulo sobre las condiciones laborales de las mujeres palenqueras, que prevea la garantía de mejores condiciones de trabajo, así como disposiciones que aseguren el libre ejercicio de su profesión sin persecuciones,  y el establecimiento de canales de diálogo con la Administración Distrital y el Concejo Distrital de Cartagena, para establecer mecanismos alternos que le brinde protección a las mujeres palenqueras frente a posibles atropellos por parte de los actores involucrados.

REFERENCIAS:

  • Cassiani Herrera, Alfonso. De la historia negra: símbolo, cosmovisión y resistencia. Cartagena: Icultur, 2014
  • Lamus Canavate, Doris. Negras, palenqueras y afrocartageneras. Construyendo un lugar contra la exclusión y la discriminación. Reflexión Política, vol. 12, núm. 23, junio, 2010, pp. 152-166
  • Hernández, Ruben. (2019). Movimiento social afrocolombiano, negro, raizal y palenquero, como opción política para el fortalecimiento de la democracia. Cartagena: Instituto Manuel Zapata Olivella.