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Durante el año 2020, la industria del software en Colombia generó ventas por más de 15 billones de pesos según un informe de Fedesoft y MinTIC. La industria del desarrollo de software y servicios tecnológicos consiste en la creación de aplicaciones de software (apps), programas para computadoras, algoritmos y plataformas digitales que permiten brindar una solución tecnológica a una necesidad específica. Estos servicios son ofrecidos para diferentes sectores como el de comercio, salud, gobierno, educación, producción, finanzas, política, entretenimiento, relaciones humanas, entre otras.

El informe de Fedesoft y MinTic también reveló que, a pesar del crecimiento acelerado de este sector de la economía colombiana, aún existe una demanda de 30 mil puestos laborales sin cubrir. Se estima que el salario de una persona que se dedique al desarrollo de software con al menos un año de experiencia está entre 2.5 hasta 3.5 millones de pesos colombianos mensuales. Sin embargo, estos salarios podrían aumentar considerablemente de acuerdo con cada perfil.

Por ejemplo, si una persona tiene más de diez años de experiencia, y un nivel alto de inglés, sus ingresos pueden ascender hasta 121 millones de pesos al año, según la encuesta de salarios publicada por Colombia Dev en 2020. Vale la pena subrayar que solo el 1,93 % de la muestra poblacional encuestada por Colombia Dev se reconocieron como afrodescendientes.

La industria del desarrollo tecnológico en Colombia tiene varios desafíos. De acuerdo con Revista Forbes Colombia, es menester a) lograr una mayor participación de las compañías de software colombianas en las licitaciones públicas, b) fortalecer la exportación de softwares, c) mejorar la calidad de los productos y, d) aportar a la formación y cualificación de talento humano que permita atender la demanda existente.

Sin embargo, esta industria se convierte en un atractivo nacional para superar la crisis económica y social que enfrenta el país. Según el Dane, el 42,5 % de la población colombiana se encuentra en pobreza monetaria y el 15,1 % en pobreza monetaria extrema.

La industria software en el Chocó es de base comunitaria

El Pacífico colombiano no ha sido ajeno al crecimiento de la industria del software. Desde el 2012, diferentes iniciativas de base comunitaria han comenzado a consolidar lo que tiene el potencial de convertirse en un ecosistema de desarrollo de softwares y servicios tecnológicos del Pacífico.

Dentro de estas iniciativas se destaca la Escuela de Robótica del Chocó, la cual ha impactado a más de mil niños y niñas en once municipios de Chocó, Valle del Cauca y Nariño. Además, desde el 2018 y por tres años consecutivos, se ha venido realizando la conferencia HackdóConf. Este primer encuentro contó con la participación de más de 300 personas quienes participaron de 36 charlas y 25 talleres sobre cuatro lenguajes de programación en distintos ámbitos, tales como: desarrollo web, internet de las cosas, desarrollo de videojuegos, seguridad informática e Inteligencia Artificial. Como resultado de estas iniciativas se obtuvo un fortalecimiento de habilidades técnicas que generaron oportunidades laborales a los participantes dentro y fuera del territorio, en empresas nacionales e internacionales como: LiveVox, Zagalabs, Globant, Endava, Aval Digital Labs, Bancolombia, Autho, Holberton School, etc. Lo anterior en contexto de un índice de pobreza monetaria para Quibdó, la capital del departamento del Chocó, del 66,1 %, la más alta del territorio nacional.

Numerosas iniciativas han continuado nutriendo este ecosistema tecnológico aportando a la formación en áreas de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas (Stem, por sus siglas en ingles) y expandiendo la conectividad a internet brindada por Rentic a por lo menos 700 hogares. Además, a finales de septiembre del 2021, las organizaciones Manos Visibles, Colombia Dev, Hackdó y Escuela de Robótica del Chocó, se unieron para crear Río Software. Este bootcamp se propuso ofrecer capacitación técnica de 100 desarrolladores Frontend (la creación de elementos visuales con los cuales puede interactuar los usuarios) y Backend (la programación de las funcionalidades que alimentan la parte visual con datos y características centradas en la lógica del negocio) con el apoyo de 21 mentores pertenecientes a las principales compañías de desarrollo de software en Colombia y algunas internacionales.

Actualmente, en Quibdó se reconocen más de cuatro empresas que han revolucionado la prestación de servicios tecnológicos en esta ciudad del Pacífico colombiano. Además, cinco emprendimientos de entrenamiento en áreas Stem se destacan en la formación (de seis a 12 meses) de desarrolladores a la medida para las compañías. Este maridaje entre iniciativas académicas no convencionales y empresas son la columna vertebral de lo que sería este ecosistema el cual, ha estimulado la creación de más de diez productos vendidos como plataformas web para empresas o soluciones tecnológicas.

Aún queda mucho por hacer

Consolidar una industria tecnológica en el Pacífico colombiano traería diversos beneficios para la región. Los desarrolladores locales podrían continuar accediendo a oportunidades laborales con compañías nacionales e internacionales desde sus territorios. Además, los servicios tecnológicos podrían ofrecer productos a las iniciativas economías locales comunitarias posibilitando su conexión con otros mercados en el Pacífico y fuera del territorio.

Sin embargo, el desarrollo de un ecosistema tecnológico en el Chocó tiene un enemigo acérrimo: el racismo estructural.

El abandono estatal histórico de la capital del departamento del Chocó se traduce en desventajas competitivas para esta industria. Por ejemplo, actualmente, no hay regularidad en el suministro de la energía eléctrica. Además, la volatilidad de las inversiones en las economías de mercado globalizadas obliga a que comunidades y desarrolladores/as definan un modelo de negocio que se traduzca en activos y beneficios para el desarrollo local comunitario y que no termine reproduciendo desigualdades sociales basadas en el género, identidad étnica/racial, clase social, orientación sexual y habilidades diversas.

La industria tecnológica del Pacífico requiere de esfuerzos mancomunados entre gobiernos, organizaciones sin ánimo de lucro, filantropía, universidades y autoridades territoriales para consolidar un ecosistema tecnológico que posibilite el buen vivir y el vivir sabroso de las comunidades, al tiempo que consolida un modelo económico alternativo a las economías extractivistas.

Por su puesto, estos apoyos requerirán de un diálogo amplio y horizontal que reconozca la agencia de los jóvenes locales y que fortaleza, la agenda (explícita e implícita) que ha permitido los resultados satisfactorios que se evidencian hasta este momento. Una hoja de ruta de acción inmediata para esta industria debería considerar los siguientes aspectos:

  1. Formación: es importante continuar la formación del talento local en áreas cómo Desarrollo de Apps Móviles, Creación de Plataformas Web, Modelado 3D, Administración de Sistemas de Información, Realidad Virtual/Aumentada, Frontend, Backend y Devops, entre otras disciplinas que pueden ser impartidas en diplomados o cursos cortos de cuatro a seis meses. Las convocatorias de selección de estudiantes deberán garantizar acciones afirmativas para mujeres y personas con identidades de género no hegemónicas, dado el déficit de participación de este grupo población en áreas Stem.
  2. Interconectividad: el segundo paso debería ser el mejoramiento de la infraestructura de interconectividad eléctrica e internet en el territorio, haciendo uso del cableado submarino ya existente.
  3. Financiamiento: las pequeñas empresas dedicadas a la tecnología deben ser inyectadas económicamente para acelerar significativamente su alcance y capacidad de trabajo.
  4. Bilingüismo: se requiere impulsar proyectos exclusivos para potenciar habilidades comunicativas en el idioma inglés específicamente, para quienes están dedicados a esta industria.
  5. Alianzas: con el fin de aumentar el alcance laboral y las oportunidades económicas en el ecosistema, es menester impulsar y propiciar diálogos con oportunidades de trabajo en red con personas dedicadas al desarrollo de software y servicios tecnológicos en Colombia e internacionalmente.

Estos son los primeros, de muchos desafíos que seguramente este ecosistema enfrentará para subvertir dinámicas de extracción de materias primas, cuerpos y significados que han imperado en la biografía de las comunidades afrocolombianas. Consolidar un ecosistema de desarrolladores es una necesidad en la que líderes comunitarios trabajan sin descansar. Gobiernos locales e inversores tienen una oportunidad única para contribuir a que los y las jóvenes cambien el presente del Pacífico colombiano creando modelos de generación de riqueza en economías emergentes de alta remuneración e impacto multidimensional a la calidad de vida de sus familias.