Vicenta Moreno es una mujer afrodescendiente, enraizada en el Distrito de Aguablanca, ubicado en la zona oriente de la ciudad de Cali. Ella expresa que ha vivido “muchas de las rutas de la segregación” en Colombia porque ha experimentado las violencias y la muerte sistemática por la falta de posibilidades para vivir dignamente. Desde muy joven fue vendedora informal y trabajó en casas de familia, donde salía “corriendo” para terminar su bachillerato. Hoy es una reconocida activista del movimiento negro, Magíster en Educación Popular y perteneciente a la Casa Cultural El Chontaduro. Esta casa de puertas abiertas posibilita el encuentro, el reconocimiento y la reinvención desde lo colectivo. Desde ahí, gestan toda una lucha por una comunidad, que como ella misma lo narra: “no es reconocida ni visible en sus situaciones de dolor y deshumanización; tenemos una la lucha por esos caminos de libertad de una comunidad siempre perseguida por la muerte”.
Esta ruta de la segregación, la experimenta una mayoría afrodescendiente en este país, porque deben enfrentarse a la muerte (social, simbólica y física) que produce un sistema racista, clasista, patriarcal y heteronormativo. Aunque Colombia se declare como un Estado Social de Derecho, las personas afrodescendientes “vamos a destiempo, porque se construye el camino de la igualdad y el reconocimiento para otras comunidades, mientras que nosotros(as) siempre estamos desde el antiguo ángulo colonial: los esclavistas y los esclavizados(as). Entonces hablar de igualdad es una burla para nosotros(as), que siempre estamos luchando por nuestra existencia”, manifiesta Vicenta.
En Colombia encontramos que la pobreza multidimensional de la población negra, afrocolombiana, raizal y palenquera se ubicó en 30,6%; 11.0 puntos porcentuales por encima de la pobreza nacional (DANE, 2018). El 81% de la población se situó en el trabajo informal, una cifra alarmante que evidencia la precarización de la calidad de vida. En los territorios racializados la esperanza de vida es menor: en el año 2021 una mujer afrodescendiente (Caso Chocó) vive aproximadamente 5 años menos que una mujer que no pertenece a algún grupo étnico en Colombia. Mientras que un hombre afrodescendiente vive alrededor de 6 años menos que un hombre que no pertenece a algún grupo étnico** .
Además de ser víctimas de este sistema que no garantiza condiciones de vida digna, las comunidades afrodescendientes son perseguidas por la guerra. Según cifras proporcionados por la Unidad para la Atención y la Reparación Integral a las Víctimas, la población afro ha sido el grupo étnico que más ha sufrido hechos victimizantes relacionados con el conflicto armado: el 12,7% de las víctimas en el país son afrodescendientes*** , el 5,7% Indígenas y el 0,1% Rom o Gitanos.
De esta manera, a medida que el mundo se enfrenta a la crisis humanitaria generada por el COVID-19, la población afrodescendiente en Colombia no solo se ve afectada de manera desproporcionada por esta pandemia, sino también por una serie de violencias que recaen sobre sus cuerpos y vidas. No obstante, son también quienes lideran el cambio en este desesperante contexto. En medio de estas rutas de segregación y de muerte, los liderazgos afrodescendientes re-existen, luchan por preservar su existencia y por construir sociedades más justas y equitativas con relación a su lugar de enunciación, abrazando una política para la vida. Estas prácticas que han emergido han posibilitado generar redes de solidaridad y fortalecimiento del tejido social-comunitario. Desde este campo, la resistencia se convierte en una herramienta de poder que tienen para crear prácticas distintas a las implementadas por este sistema deshumanizador.
La equidad en Colombia se torna en una utopía para algunos liderazgos afrodescendientes, porque se considera que es “una deuda que evita pagarse”. Para Woslher Castro, líder social de Timbiquí y, Katherine Gil, coordinadora de Jóvenes Creadores del Chocó, la equidad en Colombia es una deuda histórica para las comunidades afrodescendientes. Para ambos, la equidad debe empezar a buscarse desde una mirada territorial, debe entenderse desde la base de lo comunitario para que se reconozcan las existencias, el ser. De esta manera, consideran que se deben transformar las miradas que se tienen sobre las comunidades afrodescendientes, debido a que siguen viéndose como objetos y sus cuerpos como cosificables, violentables y desechables. Los liderazgos afrodescendientes cumplen un papel central en las comunidades porque permiten también sostener la vida en medio de un escenario desesperanzador.
En el país existen liderazgos que le apuestan al cambio desde lo territorial: Valle del Cauca, Cauca, Chocó, y Caribe colombiano; personas que señalan constantemente la urgencia de transitar hacia la equidad y sobre todo nos dan pistas para entender que se necesita para vivir en un mundo más justo, uno al que nunca han tenido acceso.
De esta manera, el Centro de Estudios Afrodiaspóricos -CEAF- de la Universidad Icesi crea “Voces de la Equidad”, una iniciativa de investigación financiada por Open Society Foundations, que busca visibilizar una multiplicidad de historias, poderes, fuerzas y resistencias colectivas que luchan por la equidad racial y la democracia sustantiva en algunos contextos racializados de Colombia y Brasil.
Algunos liderazgos afrodescendientes colombianos presentados en el marco de este proyecto, buscan transgredir, confrontar y reinventar el orden racial, patriarcal y heteronormativo a partir de iniciativas sociales y políticas consecuentes con los desafíos de sus territorios. “Voces de la Equidad” surge como una plataforma para potenciar su trabajo y amplificar sus voces.
Les invitamos a visitar nuestro portal web: https://www.icesi.edu.co/sitios/voces-de-la-equidad
* Licenciada en Historia de la Universidad del Valle (Cali, Colombia); magíster en Estudios Sociales y Políticos de la Universidad Icesi (Cali, Colombia). Actualmente es Gerente de Pacífico Task Force, investigadora del Centro de Estudios Afrodiaspóricos – CEAF y profesora del Departamento de Estudios Sociales de la Universidad Icesi. Correo electrónico: [email protected]
** Dane, estimaciones de población Censo 2018. Dato 2021.
*** Según cifras del RUV, con corte a 31 de agosto de 2021 el número de víctimas del conflicto armado afrodescendientes, negras, raizales y palenqueras es de 1.640.098 personas.